- Reblandecimiento del caparazón: Por falta de calcio. Externamente vemos el problema en el caparazón, pero internamente lo tenemos en el desarrollo de toda la estructura ósea. Hay que asegurar el sol, la alimentación variada y los complejos vitamínicos y minerales.
- Infecciones oculares: Podemos encontrar los ojos hinchados y/o cerrados. Las tortugas son bastante sensibles a los problemas en ojos debido a un mal mantenimiento. Suele solucionarse con unas gotas especiales para ojos y si no se curan rápidamente, acudiremos al veterinario.
- Infecciones bucales y otitis: Bultos, tejidos hinchados en el área del cuello. Se tratarán con antibióticos, a veces hace falta abrirlos y drenarlos.
- Avitaminosis A: Muy frecuente en los pequeños galápagos cautivos. Estos son algunos de los síntomas: caparazones muy blandos, ojos cerrados, hinchados y edematosos, están inactivas y sin ganas de comer. Lo mejor es prevenirlo con un buen tanque, limpio, soleado, con temperatura estable de unos 28 grados, alimentación muy variada y suplementos vitamínicos mezclados con su comida. Si llegamos tarde y la enfermedad se ha instaurado, el veterinario podrá intentar la curación con un tratamiento basado en inyecciones de antibióticos y complejos vitamínicos más potentes.
- Hongos: Los tanques sucios favorecen la aparición de éstos parásitos.
- Salmonellosis: Es una enfermedad muy común. Les afecta a menudo porque el agua en la que habitan y de la que beben, así como los alimentos, están contaminados por sus propias heces. Lo mejor es procurarles la mayor higiene posible.
- Las tortugas de caparazón blando: Suelen ser más sensibles en general. Los caparazones se hieren e infectan con facilidad.
- Ácaros: Los que afectan a las tortugas son muy pequeños, pero también es posible encontrarlos reposando en la superficie de nuestra mascota verde, e incluso, se pueden ver en el propio tanque.
Zoonosis Enfermedades transmitidas por tortugas
La Salmonellosis es la infección bacteriana más típica que podríamos contraer por contacto con todos los reptiles. En las tortugas acuáticas, las salmonellas eliminadas por sus heces se encuentran en el agua del tanque, por lo que debemos tener mucho cuidado de lavarnos muy bien las manos después de manipular y limpiar las tortugas. Por supuesto, se deben extremar las precauciones ante cualquier niño poco escrupuloso que pudiera lanzarse a beber del tanque del animal.