Son, con diferencia, los reptiles más adoptados en nuestros hogares. Tienen un aspecto original y llamativo pero sobre todo pacífico, lento y torpe. A nadie inspiran temor, más bien provocan el efecto contrario. Admiramos cómo acarrean todo el día su casa a cuestas para esconderse del exterior provocándonos una grata sensación de ternura y de protección.