La coprofagia
Consiste en la ingestión por parte del perro de sus propias heces. Si el cachorro o perro adulto se encontrara en plena naturaleza, sin alimento o con dificultad para encontrarlo, le daríamos una explicación alimenticia por necesidad, pero estando en un hogar donde el alimento está a su disposición, no tiene mucho sentido. En principio, es una conducta que además puede acarrearle trastornos y problemas digestivos. Analizando sus causas encontramos:
- Innegable atracción por sus heces (las de otros perros y las de otras especies).
- Aburrimiento por pasar muchas horas sólo en casa.
- Descontrol a la hora de defecar.
- Un castigo a destiempo puede hacer que se las coma antes de que llegue su amo.
- Si toma alimentos comerciales que no digiere bien, donde los saborizantes o aromas no desaparecen tras la digestión, hacen que el cachorro las vuelva a ingerir.
- Si el dueño las retira rápidamente tras verlo defecar, porque ha visto que se las ha comido antes y el cachorro establece una competitividad con el dueño.
Hay que intentar establecer un orden en sus salidas a la calle y sus horarios de comida para evitar que esto suceda. Dedicarle más tiempo a sus juegos y paseos para que se distraiga y no sea el aburrimiento una causa posible.
También existen medicamentos para tratar esta patología.
La agresión
La agresión puede ser por diversas causas: por miedo, por dominancia o predatoria.
Estos tres tipos de agresión son los más importantes y los que más se suelen dar en los perros que, por defectos en su carácter o en su jerarquía, atacan a otros o a las personas de su alrededor.
1.- El perro que siente miedo reacciona con agresividad para liberarse de esa angustia o ese temor que le acecha, bien sea ante una persona o ante otro perro. Aquí la agresión suele ser muy rápida y a veces sin previo aviso. Suelen causar heridas graves, pues no controlan la mordida. Si en estos casos el propietario siente miedo y se retira, se refuerza la actitud del perro y empeora la solución. Hay que buscar ayudas en los profesionales.
2.- El perro que es dominante o pretende serlo, en el hogar en el que está o en la calle frente a otros, se situará en lugares donde controle a las personas, no permitirá su retirada (del sofá, por ejemplo) y amenazará con gruñidos y gestos de intimidación. También cuando se le intente cepillar o se toque algunos de sus juguetes dejará bien claro que manda él e intentará morder.
El perro dominante _monta_ tanto a las personas que conviven con él como a otros perros del mismo sexo, no por un acto de homosexualidad sino por un acto de dominación.
Si se llega a producir la mordida al amo, el perro viene a lamer la zona que ha mordido, no por un acto de perdón sino como un acto de ayuda a un miembro de la jauría que él controla y que ha sido dañado.
3.- Por otro lado, la agresión predatoria suele estar causada por el hambre, aunque también se han descrito en perros ya saciados. Es, en muchos casos, un comportamiento fisiológico y resulta difícil de eliminar.