En la convivencia con estos animales nos arriesgamos a sufrir alguna enfermedad por su causa dada la existencia de virus, bacterias, hongos y parásitos, entre otros. De hecho, podemos compartir con nuestras mascotas las llamadas enfermedades zoonóticas. Éstas pueden ir en ambas direcciones:
De los animales al hombre, y del hombre a los animales
Resaltaremos el hecho de que no son frecuentes y de que prácticamente nunca resultan ser problemas serios resolviéndose con facilidad.
Los mordiscos de estas pequeñas mascotas pueden infectarse. De hecho, los gérmenes que habitan en la boca tienden a multiplicarse generosamente si son inoculados en carne fresca. Los dientes afilados y cortantes producen pequeñas heridas punzantes que debemos desinfectar abundantemente con agua oxigenada.