Hablamos de un grupo de animales que en general son dóciles y no agresivos, aunque asustadizos. Si no están acostumbrados a ser manejados por personas se estresan y pasan miedo. Por esta razón debemos iniciar la relación de la mejor manera posible. Nos acercaremos a su jaula despacio, hablando con voz suave y, con movimientos lentos, les ofreceremos golosinas con la mano hasta que la vean inofensiva. Entonces, les acariciaremos y más tarde les podremos coger.
Debemos enseñar a los niños a acercarse de igual modo y asegurarnos de que, cuando comiencen a coger a su mascota en brazos, no se les caiga al suelo. La dolorosa experiencia de caer desde casi un metro de altura puede hacer que un inofensivo hamster ya no quiera dejarse tocar y muerda para evitarlo.