- El hecho de no llevar calzado no asegura siempre la integridad de sus almohadillas y sus uñas. En sus primeras salidas al campo, o cuando esto no sea un práctica muy usual, conviene revisar sus dedos, almohadillas y uñas al regresar.
Las almohadillas tienden a resentirse y agrietarse en terrenos muy duros por lo que, si prevemos una salida al campo, conviene protegerlas con cremas especiales.
- El corte de uñas es necesario en muchas razas, sobre todo en las medianas y pequeñas, para garantizar un buen apoyo de la mano o pie. Si la uña sobrepasa el nivel de la almohadilla en una vista lateral hay que cortarla. Las primeras veces conviene que lo haga un profesional y nos explique cómo hacerlo en casa y con qué.
- En razas grandes no suele hacer falta cortarlas manualmente por el desgaste provocado por el juego o el ejercicio. Perros y gatos tienen cinco dedos en las patas delanteras (como las personas), pero sólo cuatro en las traseras. En muchos perros, sin embargo, como vestigio de un antiguo dedo, persisten a modo de pequeños dedos atrofiados, los llamados espolones, cuya uña no se desgasta por no tener roce con el suelo. Estas uñas, en su constante crecimiento, toman forma de caracol y vuelven hacia la carne de la pata y se clavan si no las cortamos de forma periódica.
Consejo práctico:
Si al intentar cortar las uñas al perro sobrepasamos el nivel del corte correcto y la uña sangra no hay que alarmarse. Se ha de colocar una gasa con agua oxigenada o un bastoncillo para frenar la hemorragia durante un minuto o dos. Del mismo modo, se puede proteger la uña con un pequeño vendaje durante un día si fuera necesario.