En realidad, la vida media del gato es de 14 a 16 años, aunque los hay que llegan a los 21 años. Los siameses y europeos suelen ser las razas más longevas. Por supuesto, influirán mucho los cuidados que durante su vida a nuestro lado les ofrezcamos. Como norma general, existen varios puntos que deberíamos atender para hacer de su vida, si no más larga, sí mejor:
- Buena y adecuada alimentación según su edad y estado fisiológico.
- Aseo e higiene diarios: De todos es sabido que una inspección diaria de ojos, oídos, manto de pelo, patas e incluso la boca va a darnos mucha información respecto a los cambios de nuestro gato. La higiene es un punto muy importante en su vida, él lo va a agradecer.
- Mantener todos sus utensilios libres de suciedad, lavar la caja de arena, desinfectar sus platos o cuencos de comida le evitarán infecciones o contagios innecesarios.
- Consultar periódicamente al veterinario y realizar algún chequeo nos va a evitar sorpresas innecesarias y difíciles de resolver en algunos casos.
- Evitar contactos con gatos callejeros o recogidos sin conocer su procedencia o estado de salud. Sobre todo en gatos de ciudad, evitar salidas a la calle incontroladas que pueden terminar de forma desagradable.
- Vacunarlo y revacunarlo según la edad y recomendaciones del veterinario. Si es recogido de la calle, tendremos que comprobar primero ciertas enfermedades antes de ello. Por supuesto, lo desparasitaremos nada más llegar a casa, según indicaciones de un profesional.