Igual que con otras mascotas, dependerá mucho del lugar al que vayamos de vacaciones, las condiciones que encontremos, la duración de las mismas... Debemos estudiar pros y contras y decidir qué es mejor para todos, ya que el esfuerzo de llevarlo con nosotros puede no verse recompensado si durante las vacaciones el animal no se adapta.
- Aves pequeñas: en general son más sencillas de trasladar.
También resulta muy sencillo que alguien de nuestra confianza pase por casa cada dos días a revisar comederos y bebederos, echar un vistazo al estado de salud general y una vez a la semana limpiar la jaula. Si al familiar le viene mal desplazarse hasta nuestro domicilio, también puede llevarse el periquito, canario, etc. a su casa: si va en su propia jaula, mejor, porque así no notará tanto cambio.También pueden dejarse en algunas pajarerías pagando una cantidad por cada día de estancia del ave.
- Aves grandes: Normalmente no suelen viajar con los dueños por problema de tamaño. Sin embargo, también son las que más cuidados y atenciones necesitan, por lo que lo ideal sería dejarlos en casa de las amistades a las que el ave ya conoce, quiere y tiene confianza. Si no disponemos de alguien para hacernos el favor, en algunas pajarerías es frecuente que se dejen estos animales en custodia como si de una guardería de perros se tratara. No son gente allegada al loro, pero al menos son expertos en sus cuidados y si ocurriera algún problema durante nuestra ausencia pondrían las medidas necesarias. Muchas de ellas disponen de veterinario, pero si lo preferimos, podemos dejarles un número de teléfono para contactar con nosotros en caso de algo más grave.