A todos nos gusta ver crecer a los animales en nuestro entorno, pero no hay que descartar adoptar un gato adulto. De cualquier forma, hay que tener presente que los gatos no deben separarse de sus madres antes del mes y medio de vida. Es importante respetar este periodo porque así se alimentan de la leche materna, cuyos ingredientes son fundamentales, pero además, conviene que pasen un tiempo en contacto con sus congéneres. De éstos aprenden comportamientos y hábitos que serán muy importantes en posteriores etapas.
Un animal de pocas semanas es mucho más débil y susceptible a las enfermedades que un adulto, por lo cual, y dependiendo del lugar o condiciones donde vaya a estar, hay ocasiones en que será más recomendable adquirir un animal desarrollado. El gato adulto es menos movido y está adaptado a los hábitos de aseo y, aunque no les gustan los cambios y le llevará tiempo, terminará acostumbrándose a su nuevo hogar.