Para cualquier viaje, visitas al veterinario e incluso dejarlo encerrado en un momento determinado (ante presencia de gente u otros animales donde no vaya a ser bien recibido) es imprescindible contar con una cesta.
Si pretendemos que nuestro gato salga a pasear debemos acostumbrarlo desde muy joven a la calle, y aun así no es seguro que vaya a gustarle. Los gatos caseros lo pasan mal en terreno desconocido o cuando cambian de lugar, aunque sea sólo por un rato. Por ello es preferible que viajen protegidos dentro de su cesta. También los dueños nos evitamos arañazos innecesarios en caso de salida al veterinario, a la peluquería o cualquier traslado en coche.
Trucos para el uso de la cesta:
- Si dejamos la cesta a su alcance en casa favoreceremos que se meta o la vea como un objeto normal.
- Jugar de vez en cuando con ella no será mala idea para que entre sin miedo en otras ocasiones.
- Hay gatos que incluso la usan como cama si la acolchamos con una toalla o almohadón fino.